Este último viaje a Asturias me ha recordado uno anterior que hicimos toda la familia por la cornisa Cantábrica en tren. Fue una experiencia impresionante. Lo conté en una breve narración que escribí en un foro interno de la empresa en la que trabajaba por entonces. Sería el año 2007...
"Si no tenéis un fanático de los trenes en la familia, probablemente vivís muy tranquilos. Y seguramente viajáis en coche, o en avión. Muy pocas veces en tren. ¡No sabéis lo que os perdéis!. Porque sólo viajando en tren pueden vivirse ciertas experiencias.
El viaje que os recomiendo comienza en Barcelona, y termina en La Coruña. Todo el trayecto en tren, por supuesto. Recordad que, como decía Machado: "Yo, para todo viaje ... Voy ligero de equipaje". Es decir, que hay que prescindir de lo superfluo, y del "por si acaso lo necesito", o se corre el riesgo de cargarse como un camello.
Barcelona-Bilbao, en Intercity o Estrella (Observad como domino el lenguaje trenero), cómodamente sentados, leyendo, observando el paisaje, durmiendo o viendo una película en el televisor. En total, unas 8 h. Una parada de una noche en la ciudad del Nervión para disfrutar de sus encantos y visitar el Guggenheim. Si llevas niños pequeños, olvídate de los museos, ellos prefieren los parques. ¡Ah! Y no dejes el paraguas en casa. Es difícil que pases por Bilbao, por todo el norte en general, sin encontrarte con la lluvia.
A partir de aquí comienzan las incomodidades. El FEVE, Ferrocarril Español de Vía Estrecha, atraviesa toda la cornisa Cantábrica, desde San Sebastián hasta El Ferrol. No es precisamente el último grito en cuestión de transporte: los vagones están destartalados, las máquinas no corren, y las vías... bueno, cuando te acostumbras, el vaivén casi no se nota. Las estaciones del recorrido están muy lejos de las poblaciones, así que es necesario el uso del taxi si no quieres cansarte caminando antes de comenzar la visita.
Pero no importan todas estas contrariedades: El paisaje es magnífico.
Son múltiples las rutas que se pueden hacer, a gusto del viajero. Esta es la que yo propongo: Bilbao-Santander-Ribadesella-Luarca-Ribadeo-Viveiro-Ortigueira-Ferrol. Desde Ferrol a Coruña, y desde allí, vuelta directa a Barcelona. El trayecto más largo es de dos horas y media.
Paisajes y cultura. Es la sugerente combinación que ofrece este viaje. También un pescado excelente y marisco barato para los amantes de la buena comida. En Ribadesella, hay que visitar la cueva de Tito Bustillo, con pinturas rupestres bien conservadas, en Luarca la lonja, en Ribadeo el puerto pesquero y los miradores de A Atalaia y de Santa Cruz, En Viveiro la Iglesia y el convento de San Francisco. Y, sobre todo, hay que ir con el alma abierta a la belleza crispada de las rías altas, que pueden contemplarse con toda nitidez desde las viejas colinas que surca el tren.
Y al regreso, traereis el equipaje lleno de anécdotas para contar. Es la magia del tren.
Como veis, soy una trenera conversa. !Qué remedio!