De todas las actividades que organiza la Asociación Violeta, la más emblemática, sin duda, es el acto "No te olvido", en el que se rinde homenaje a las mujeres asesinadas durante el año a manos de sus parejas o ex-parejas.
Es un acto muy sencillo y emotivo en el que mujeres de Sant Joan Despí leen uno por uno los nombres de las víctimas, su edad y el lugar de su fallecimiento, intentando hacer visible de esta manera la magnitud de esa tragedia humana.
Hacía semanas que veníamos pensando y organizando como se iba a desarrollar el acto. Aunque ya tiene un formato muy concreto y siempre huimos de todo tipo de florituras, nos implicamos tanto en él, lo vivimos tan intensamente, que nos ocupa todos los minutos libres del día durante varias semanas. Este año queríamos hacerlo de forma especial, como siempre, y, aprovechando que el lunes es día de mercadillo en la población, habíamos previsto estar en el lugar de los hechos desde primeras horas de la mañana trabajando por la causa.
El punto de reunión, las 10 de la mañana en la Pl. de la Ermita. Nada más llegar nos dimos cuenta que el escenario que habían montado los técnicos del Ayuntamiento no era de nuestro agrado, demasiado cuadriculado y demasiado pequeño. Así que empezamos a mover tarimas de un lado para otro hasta encontrar una alineación que nos convenciera. La brillante idea se le ocurrió a Mayka, y aunque nos costó entenderla (un lunes por la mañana la mente está espesa), finalmente se nos encendió la bombillita en el cerebro y todas dimos nuestra aprobación: escenario tipo pasarela.
Después comenzamos a colocar las vallas, dos detrás del escenario y cuatro más en uno de los laterales, cada una de ellas contenía los nombres de las mujeres asesinadas en los últimos cinco años, año por año. Al ser el quinto aniversario de la Asociación y también el quinto acto "No te olvido", queríamos hacer ese pequeño homenaje y mostrar todos los nombres para que, al verlos juntos, se pudiera apreciar que la cantidad es muy grande, demasiado.
Teníamos todo el día por delante, así que comenzamos a trabajar sin prisas, pensando y acordando entre todas lo que hacíamos o lo que se nos ocurría que podíamos hacer.
Si algo me gusta de la Asociación Violeta es ese sentimiento tan colectivo que lo impregna todo. Nadie es más importante que las demás, y cada una domina su parcela y es respetada por el resto. Yo me encargo de los temas informáticos y soy un desastre con los trabajos manuales, así que no puedo dejar de admirar lo bien que las chicas organizan la puesta en escena y como queda encuadrado el decorado. Yo no sería capaz de hacerlo. Pero también estoy segura que ellas respetan la labor que he hecho durante la semana, a solas en casa con el ordenador, y me siento contenta y realizada.
Empezamos a mover vallas buscando la mejor situación posible. Era una faena dura, las vallas estaban fijadas en unos pies de piedra que pesaban lo inimaginable, y todavía hoy tengo dolor de espalda de cargar con ellas. Y además, corría bastante viento, lo que causó que una de las vallas se cayera de improviso y fuera a parar sobre mi cabeza propinándome un golpe bastante fuerte. Sólo fue un susto, no me hizo daño. Todas se rieron de mi, cada año me pasa algo y éste no iba a ser una excepción.
Seguían los preparativos. Detrás del escenario íbamos a colocar unas telas negras con rosas blancas y los nombres de las mujeres asesinadas en el 2010.
Una imagen panorámica del fondo del escenario.
Dos vallas más, éstas más pequeñas, con la exposición de las impresionantes pinturas de rostros de mujeres de Elisabet Cassari que la pintora nos había cedido. Y dispusimos dos mesas. Una con nuestra información y objetos para la venta: pañuelos, pasminas, camisetas, chapas, mochilas... Y otra con las velas.
El acto comenzó a las 7 en punto. La plaza estaba repleta de gente, mujeres y hombres que, desafiando el frío, querían darnos apoyo con su presencia. Empezó con una breve actuación del grupo de monitores del esplai El Nus, una representación de la violencia machista con fuego y mucho ruido, triste, y a la vez esperanzadora. Seguidamente Mari Carmen, la presidenta de Violeta, presentó el acto de forma muy sentida y emotiva, como sólo sabe hacerlo ella, y dio pasó a Keren para que leyese un breve escrito que había redactado aquella misma tarde.
Keren pretendía mostrarnos el maltrato desde el punto de vista del niño, quería llamar nuestra atención y hacernos saber que no es sólo la madre la que sufre, que los hijos también. Y nos lo mostró de forma descarnada y conmovedora, y nos hizo vibrar, y removió hasta nuestra fibra más recóndita porque aunque aquella historia que nos contaba no era su historia personal, ella vivió de niña hechos similares cuando su madre y ella misma fueron víctimas de maltrato. La descripción de los sentimientos era muy auténtica, la emoción subió muchos grados y se expandió por toda la plaza.
Con la música de "El cant dels ocells" de fondo, las mujeres a las que previamente se les había entregado una hoja con el nombre de una víctima, se pusieron en fila ante la mesa en la que estaban las velas encendidas, cogían una de ellas y se dirigían a un micrófono que estaba junto al escenario para leer allí el nombre correspondiente y añadiendo la frase "No te olvido" al final. Después, colocaban las velas sobre el suelo, siguiendo el trazado de un lazo que estaba dibujado en él.
La emoción seguía instalada en la plaza. Este sencillo acto de gestos simples transmite un cúmulo de sentimientos difíciles de describir, hay que estar allí para compartirlos.
Cuando se terminó de leer el nombre de las 70 mujeres, todo el que quiso, hombres y mujeres, pudo colocar también una vela en homenaje a las víctimas. Este año ha sido muy significativa la asistencia de hombres, cada año hay más, lo cual nos hace pensar que, efectivamente, la sociedad se está sensibilizando ante el problema de la violencia machista.
Acto seguido, se hizo un minuto de silencio.
No acaba el acto aquí, no se queda en los lloros y lamentos, a partir de ese momento comienza a transmitirse un mensaje de esperanza, el mensaje de que se puede salir del drama diario del maltrato como han salido muchas de las mujeres de nuestra Asociación. La presidenta lo remarcó una y otra vez, poniéndose ella misma como ejemplo.
Varias socias leyeron un artículo del 2008 de Angeles Caso, "Estamos hartas", una joven de la Asociación de vecinos de Las Planas leyó una sentida y lúcida reflexión sobre violencia machista, y para acabar, M.Carmen Navarro, nuestra gran poetisa local, recitó una poesía que había compuesto especialmente para el evento, acompañada por su marido a la guitarra. De esta forma tan brillante se cerró el acto del 2010.
Ya sólo quedaba recoger todo el material, trasladarlo a nuestro local, y una vez allí, relajarnos y recuperarnos de las emociones, y pasar un rato tranquilo charlando y comentando los hechos del día.
FELICIDADES
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