El Sábado 4 de Junio, la Asociación de Alcohólicos Rehabilitados (ASALRE) de Sant Joan Despí organizó la jornada "El alcoholismo puede separar una familia", con motivo de su XXVII aniversario. Varias representantes de Violeta estuvimos allí, dando nuestro apoyo a una asociación a la que consideramos hermana y con la que tenemos muchos puntos en común.
Como era de esperar, no fue una de esas jornadas tediosas en las que diferentes expertos folosofan alrededor de un tema, en este caso el alcoholismo. No es que esté en contra de los especialistas, muy al contrario, gracias a su trabajo la sociedad avanza. Pero cuando se trata de asistir a una charla, prefiero que sea algo más cercano, que me llegue, que me toque la fibra y hasta que me deje noqueada. Los razonamientos científicos, objetivos, impersonales y distantes, mejor dejarlos para congresos de profesionales.
En este sentido, las ponencias de la jornada de ASALRE no me decepcionaron, fueron exposiciones muy reales de cómo se vive en una familia que tiene un alcohólico entre sus miembros. Intervinieron varios familiares de alcohólicos que consiguieron arrancarnos una lagrimita con sus historias. Nos concienciaron de que es muy duro convivir con un problema como éste.
También nos hablaron de esperanza. Las personas que estaban allí presentes habían superado la adicción, habían recuperado sus vidas y sus familias gracias a su esfuerzo y a la asociación ASALRE. Algunos de ellos llevaban varias decenas de años sin recaer.
El grupo de mujeres de ASALRE es uno de los más importantes de la asociación, por no decir el más importante. Son mujeres sacrificadas que siempre están dispuestas a ayudar, e incluso se ofrecen de forma totalmente desinteresada para asistir y acompañar a aquellas personas que están pasando por momentos críticos.
Enhorabuena a la Asociación ASALRE por sus XXVII años de existencia. No es fácil aguantar tantos años en los tiempos que corren, en los que el individualismo y la crítica cómoda es lo que impera. Menos mal que siempre nos quedarán personas generosas y positivas como la gente de ASALRE.
Tens tota la raó Juani, sempre parlem de la persona malalta, de la persona que és alcohòlica i necessita suprt per poder superar la seva adicció; però què passa amb la seva família?, generalment la seva dona?, els seus fills i filles? Aquestes persones sovint són tractades de depressió però cal molt més que simplement unes pastilles o uns calmants.
ResponderEliminarAquestes dones d'ASALRE són fantàstiques i es mereixen tt el nostre reconeixement.