3 de diciembre de 2011

El último vuelo de Albert


Entramos en el superpuente de la Constitución y, como cada año, las noticias sobre los problemas en los aeropuertos empiezan a inundar los medios de comunicación. Esta vez son los pilotos de Iberia los protagonistas, y amenazan con una huelga que, si se lleva a cabo, seguramente va a generar mucho cabreo entre los pasajeros. Detrás de este conflicto, y de muchos otros, está la creación de nuevas compañías de low cost que ofrecen a sus empleados sueldos muy "ajustados", y condiciones de trabajo precarias.

La semana pasada la noticia fue una tragedia en Papúa, y el protagonista un joven piloto de aviación de 24 años:

El piloto español Albert Cítores Gallego ha fallecido este miércoles al estrellarse la avioneta en la que viajaba en la provincia de Papúa, en el este de Indonesia, han confirmado fuentes de la compañía aérea indonesia Susi Air.

La persona que pilotaba la aeronave, de nacionalidad neozelandesa, se encuentra hospitalizada en estado crítico, según el portavoz de Susi Air, Munim. El herido fue identificado por el portavoz de la aerolínea como Jesse Bekcer, de 31 años.

La aerolínea indicó que Cítores, de 24 años y nacido en Cornellà de Llobregat (Barcelona), viajaba de copiloto en el vuelo siniestrado, que recorría la ruta desde la localidad de Nabire hasta Sugapa.

El fallecido tenía una experiencia de 403 horas de vuelo y trabajaba desde el pasado enero con Susi Air en Papúa.

Según la prensa indonesia, el aparato era un Cessna Grand Caravan y transportaba 950 kilogramos de cemento.


El jefe del Servicio de Rescate de Papúa, Sumpeno Yuwono, informó de que el aeroplano se estrelló tras un intento frustrado de aterrizaje, por tener que esquivar a una persona que cruzaba la pista del aeródromo en ese momento.

Un experto en aviación cercano a una de las víctimas y que pidió el anonimato indicó que "ha sido culpa de las condiciones del aeródromo".

"La mayoría de los aeropuertos de Papúa son pistas. La gente camina por ellas y dificulta todavía más la labor de los pilotos", agregó el especialista.

Albert era amigo de mi hijo. Era un chico alegre y bromista que se hacía querer. Se fue a trabajar a Indonesia hace unos meses, con toda la ilusión del mundo porque finalmente podía realizar su sueño y trabajar en lo que le gustaba y a lo que tantas horas de estudio había dedicado. Hace un mes volvió a casa a pasar unos días de vacaciones y contaba historias increibles sobre las pistas de aterrizaje y las condiciones de trabajo en las que tenía que moverse.

Que es lo que hemos hecho tan mal para que nuestros hijos se vean obligados a emigrar a lugares tan lejanos y a trabajar de forma tan precaria, jugándose la vida. Albert se nos quedó en el camino, era un chico de 24 años, lleno de vitalidad. Mañana se le hará un homenaje en el Hotel Hesperia de Sant Joan Despí, a las 11 de la mañana. Su familia, sus amigos, sus ex-compañeros de trabajo, estarán allí. Habrá mucho dolor contenido, pero nadie ni nada nos lo va a devolver. Voló muy alto intentando cumplir sus sueños.

2 comentarios:

  1. Sin duda son este tipo de noticia el que a algunos nos llega al alma, sobre todo a los que tenemos que abandonar nuestro pais, y nuestro continente para poder simplemente trabajar y si encima es en un trabajo tan duro como volar una Caravan en Papua... ya ni te cuento.

    Papua Nueva Guinea es uno de los peores paises del hemisferio sur, personalmente me han recomendado más de una vez ignorar alguna oferta por ahi abajo...

    En fin...que putada, jo.

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  2. Albert, ahir va fer dos mesos que ja no estàs aquí. Tots els bons marxeu i no sempre per pròpia voluntat.
    La última època ens vam distanciar però, encara recordo els tips de riure que ens feíem quan facturàvem o embarcàvem junts. "Zen quiuuu", recordes? O quan imitaves i jo només et fia que dir que me recordaves a mon germà...
    Quina putada ens has fet, nen! Recorda que t'estimem i molt!

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