1 de enero de 2012

La importancia de las palabras


En los últimos días se habla mucho del significado de las palabras, de su valor y de lo importante que es definir adecuadamente un concepto, una situación o un sentimiento. Esto viene a cuento de lo que la ministra de Sanidad, Asuntos Sociales e Igualdad Ana Mato declaró referente al penúltimo asesinato por violencia machista al que calificó como "violencia en el entorno familiar". Cuando las críticas en las redes sociales, sobre todo en twitter, arreciaron, Mato no sólo no rectificó, sino que aseguró que daba "igual el nombre", que la terminología a la hora de designar el hecho es "lo menos importante" porque lo que quiere el gobierno es "tolerancia cero contra todo tipo de actuación contra cualquier mujer, contra cualquier persona en el ámbito doméstico, en el ámbito de violencia de género o como se quiera llamar".

A estas alturas de la película nadie cree en la inocencia de las palabras de la señora ministra. Más aún cuando el partido al que pertenece viene predicando todo lo contrario en otros temas, por ejemplo el matrimonio homosexual. Desde hace meses el PP repite por activa y por pasiva que tiene recurrida la ley entre personas del mismo sexo sólo porque se utiliza la palabra "matrimonio", y si en su lugar se utilizara "unión" no habría ningún problema.


Lo cierto es que cada palabra tiene un significado muy concreto, y aunque algunas puedan parecer semejantes, no lo son. Una unión civil no es lo mismo que un matrimonio, por mucho que el PP se empeñe en convencernos. Si fuera así, no gastarían tantas energías, ni medios, para intentar cambiar una situación que aceptan la mayoría de los españoles. Para comprobarlo no hay más que echar un vistazo al Código Civil, en éste sólo queda recogido el derecho a la adopción de los matrimonios de cualquier tipo y de las parejas de hecho heterosexuales. Las parejas de hecho homosexuales no aparecen, es decir, en el momento en que dejen de llamarse matrimonio perderán el derecho a la adopción. Y no es el único derecho que perderían, hay otras leyes menos importantes, reglamentos y normas locales donde los matrimonios tienen beneficios que no tienen las uniones civiles.

Violencia en el ámbito doméstico es cualquier tipo de agresión que se desarrolla en el domicilio familiar, mezclar la violencia machista con otros tipos de violencia y calificarla por el lugar donde se produce y no por la causa que subyace en ella, es un tremendo error que no ayuda a enfrentarse a este importante y viejo problema. Tal vez lo que la señora ministra y los detractores de la ley del 2004 pretenden no es mejorar una ley que es manifiestamente mejorable, sino volver a aquellos años en que el maltrato a la mujer se sufría en la intimidad de los hogares y se le trataba como un asunto en el que nadie debe inmiscuirse.

1 comentario:

  1. Estic d'acord amb tu, les paraules tenen un significat i no és el mateix dir una cosa que una altra. ¿Es lo mismo "querer" que "amar"? o en catala "et vull" o "t'estimo"? doncs jo dic que no, és un amor cap endins o cap enfora, no us sembla?

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