1 de enero de 2013

Comando Bruselas (2)


A las 3 de la tarde entrábamos en la sede del Parlamento Europeo en Bruselas. Una vez pasados los controles, que son tan metódicos como en los aeropuertos, y hechas las fotos de rigor en el vestíbulo junto a las banderas de los paises que forman parte de la UE, nos dirigimos a la planta 4, donde íbamos a ser recibidos por Raul Romeva.

Durante un buen rato, mientras esperábamos, montamos una asamblea improvisada en medio del pasillo e hicimos las presentaciones. Fue todo muy espontáneo y simpático. Estábamos esperando que nos concedieran una sala para realizar la charla que teníamos programada, porque parece ser que habían surgido problemas y la sala que habitualmente ocupa el grupo Los Verdes/ALE no se podía utilizar. Los problemas estaban relacionados con ¡goteras!, aunque parezca increíble en un edificio tan moderno.

Finalmente nos acomodaron en una pequeña sala, más que suficiente para nuestro grupo. Mientras llegaba el eurodiputado Raul Romeva, que en esos momentos estaba ocupado en una comisión, nos explicaron cómo funciona el Parlamento europeo. Por ejemplo, que tiene 3 sedes. Estrasburgo es la sede oficial, donde se celebran las sesiones plenarias, pero la mayoría de las actividades de las comisiones parlamentarias y las sesiones plenarias adicionales se realizan en Bruselas, mientras que la Secretaría General está ubicada en Luxemburgo.



¿Por qué existen tres sedes con el gasto adicional que ésto representa y la dificultad que añade a la gestión del día a día? Aquí nos explicaron una larga historia que se resume en que Francia y Bélgica se disputaron durante mucho tiempo la sede oficial del Parlamento Europeo hasta que en 1992 se alcanzó un acuerdo, Bélgica aceptó que fuese Estrasburgo la sede oficial, con doce sesiones plenarias al año, siempre que el resto de actividades parlamentarias (reuniones de las comisiones, reuniones de los grupos políticos y sesiones extraordinarias) tuvieran lugar en Bruselas.

Raul Romeva tomó el relevo del improvisado orador del que no recuerdo el nombre y siguió contándonos detalles sobre la UE y el grupo los Verdes/ALE. Es una persona que habla con mucha pasión, se nota que le gusta lo que hace, y consiguió transmitirnos ese entusiasmo, algo que necesitábamos y nos levantó el ánimo, porque a esas alturas ya estábamos agotadas.

Las lenguas oficiales de la UE son tres: inglés, francés y alemán, aunque se consideran oficiales las lenguas de todos los paises miembros, en total 23. Las regulaciones y cualquier documento oficial de la UE tienen que estar traducidos a los 23 idiomas, y prácticamente de inmediato. Cualquier disposición oficial está lista en las 23 lenguas en menos de 2 horas. Por supuesto, el coste de mantener esta política multilingüística es altísimo, a cada ciudadado de la UE nos saldría por unos 2,5 euros.

Los 736 parlamentarios que representan a los 500 millones de habitantes de la UE son elegidos cada 5 años en las elecciones europeas. Desgraciadamente, son unas elecciones con muy poca participación, especialmente en España hay la idea general de que no sirven para nada. ¡Y son muy importantes! Tengamos en cuenta que son ellos, los eurodiputados,  los que votan todas las leyes europeas propuestas por la Comisión y revisadas por el Consejo, lo que quiere decir que de ellos depende el 80% de la legislación que afecta a cada uno de los países miembros. Por tanto, el 80% de las leyes aplicables en España son elaboradas en Europa.


El grupo Verde europeo está formado por 58 eurodiputados de diferentes partidos verdes europeos que, junto con varios diputados independientes, nacionalistas y regionalistas de izquierda se han agrupado bajo el nombre de Los Verdes Europeos/Alianza Libre Europea (Verdes-ALE). Es un grupo pequeño, y comparado con los 271 diputados que tiene el partido Popular europeo  o los 190 de los socialistas, su fuerza es muy testimonial. Aún así, van subiendo elecciónes tras elecciones, y su mensaje llega cada vez a más gente.

Acto seguido nos dirigimos a la sede provisional del Grupo Verde/ALE en Bruselas, un edificio muy antiguo, cercano a la sede oficial del Parlamento Europeo. Lo primero que llamó nuestra atención fueron las 5 bicicletas que estaban aparcadas en la planta baja. ¿Claro, son verdes y predican con el ejemplo! Lo segundo, la humildad del local y la estrechez de las salas. Pero no nos importó, al fin y al cabo estábamos en familia,

Nos reunimos allí con Joan Prat, delegado de la Generalitat en la Unión Europea nombrado por CiU. No estaba previsto que este señor fuera el que nos explicara cómo funcionaban los fondos europeos y cómo se podían utilizar para salir de la crisis, en la agenda inicial figuraba el nombre de una subalterna. Pero parece ser que tenía mucho interés en hacerlo él personalmente, y todas lo aceptamos.

Como buen diplomático, estuvo amable y dialogante, aunque claro, todas conocíamos su pasado cercano al PP y al Gobierno de Aznar, y teníamos las uñas bien afiladas para sacarlas en el momento oportuno. Nos explicó, entre otras cosas, como funciona el programa FEDER y a qué se habían dedicado estos fondos en Catalunya en los últimos años. Cuando se abrió el turno de preguntas fue un ataque frontal, lo acorralamos, pero como diplomático experto era correoso y supo salir de todas las encerronas.

Un café rápido y Marc Giménez, técnico asesor de Verdes/ALE en la Comisión Europea, nos expuso una serie de herramientas del Parlamento Europeo que podían aplicarse en la Política Local. A nivel personal, y cre que también fue general, fue una de las charlas de las que saqué más ideas y la encontré muy práctica. Aprendimos cómo hacer una petición al Parlamento Europeo, cómo denunciar irregularidades, estrategias, y lo infrautilizadas que están estas herramientas, sobre todo en el estado español. Hay temas, como las preferentes, que son un claro abuso de los bancos, y no se han denunciado ante la Unión Europea, o al menos no de la forma adecuada.


Y para terminar, y ya a las 20,30h., nos reunimos todas en un restaurante criollo donde, invitadas personalmente por Raul Romeva y disfrutando de su compañía, pudimos reponer fuerzas después de un día tan agotador. La comida fue estupenda, pero nada más acabar los postres nos fuimos rápidamente al hotel a descansar. Aún nos esperaba otro día agotador.

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