El pasado viernes estuve en una jornada sobre las políticas públicas y la nueva cultura del agua dirigida a Grupos Municipales. Se pretendía conseguir que las personas que trabajamos desde los Ayuntamientos tomemos conciencia de la situación especialmente grave que estamos viviendo en Catalunya en general y en el Área Metropolitana en particular, respecto a la mercantilización de un derecho vital como es el agua, y la subida de tarifas que estamos sufriendo y que seguirán en el futuro.
Pedro Arrojo es Doctor en Ciencias físicas de la Universidad de Zaragoza y presidente de la Fundación Nueva Cultura del Agua, premio Goldman de Medio Ambiente en 2003. En su apasionada ponencia definió el marco en el que nos movemos y expuso las bases teóricas de una nueva cultura del agua, una buena plataforma con vinculaciones sociales y ambientales. Según él, para que los seres humanos puedan vivir con dignidad son precisos entre 30 y 40 litros de agua por persona y día, lo que supone un 1% del total disponible. A este agua necesaria para vivir y alimentarse le llama "Agua Vida", y la considera un derecho humano de máxima prioridad y cuya escasez es un desastre humanitario inaceptable. Debería ser gratis.
En un segundo nivel estaría el "Agua ciudadanía", que es la que asegura los servicios básicos de agua y saneamiento a los hogares (la que se utiliza en los lavavajillas, lavadoras, lavabos, etc). No se puede considerar un derecho humano, sino un derecho como persona ciudadana, y lleva vinculado los correspondientes deberes. No debe ser el mercado el que decida cuales son estos derechos, no es su competencia, sino la ciudadanía a través de los instrumentos políticos de los que dispone.