Doha es la capital de Qatar, un pequeño país situado en el golfo pérsico, en una de las zonas más áridas del planeta. Tradicionalmente, en Qatar se malvivía de la pesca y del cultivo de perlas, hasta que se descubrieron importantes yacimientos petrolíferos y se empezaron a producir miles de barriles diarios. Y el gas, que superó al petróleo. Ahora es uno de los países más ricos del planeta.
De los casi 2 millones de habitantes de Qatar sólo 300.000 son qatarís, el resto son inmigrantes procedentes de todas partes del mundo, sobre todo de los países del sur asiático, India, Pakistán, Filipinas, etc. Cada mes miles de personas emigran a Qatar, lo que ha ocasionado un crecimiento explosivo de la población y una expansión caótica de la capital.
Desde hace un año mi hijo vive y trabaja en Doha, y ésta fue la causa de que estas navidades nos liáramos la manta a la cabeza, hiciéramos las maletas y nos dispusiéramos a pasar las fiestas navideñas en esa, a priori, poco atrayente ciudad.