Coincidiendo con el aniversario del nacimiento de Katherine Mansfield, quisiera hacer este pequeño homenaje a una de mis escritoras favoritas. La descubrí hace muchos años, llegué a ella siguiendo los consejos de otra conocida escritora, Virginia Wolf y desde el primer momento me fascinó la relación de amor-odio que tenían. Y es que, a pesar de sus diferencias y lo distintas que eran en su manera de ser y su forma de escribir, se tenían un respeto mutuo por encima de toda duda.
La primera impresión que tuvo Virginia sobre Katherine, en un encuentro en el que la acompañó su marido Leonard Wolf, no fue muy favorable. Esto es lo que anotó en su diario: "Ambos habríamos deseado que nuestra primera impresión de K.M. no hubiera sido que es como una jineta sacada a pasear. En verdad, al primer golpe de vista me sentí un poco molesta por su ordinariez: esos rasgos tan duros y vulgares". Y Katherine tampoco se quedaba atrás en mostrar su desprecio, solía decir del matrimonio Woolf que "los lobos son apestosos".
Sin embargo estas apreciaciones debieron cambiar en algún momento, ya que hay innumerables referencias de que ellas mismas se consideraban buenas amigas, buscaban las opiniones de la otra sobre los libros que escribían, se intercambiaban regalos y se enviaban infinidad de cartas en las que hablaban de su trabajo.