Hace unos años expliqué en una entrada como era el primer ordenador con el que trabajé, la Mercator 5000 de Olivetti. Ahora voy a hablar del segundo, la CTM-70. Observad el artículo femenino con el que califico estas máquinas, algo que sería impensable hoy. Esto se debe a que entonces, en los años 70, no los identificábamos como ordenadores sino como computadoras, y el mundo de la informática estaba mucho más feminizado de lo que está ahora. Eramos muchas las mujeres que trabajábamos no sólo en la introducción de datos, también en programación. Cuando, como y por qué se perdió esta contribución importante de las mujeres y se convirtió en una profesión casi exclusiva de hombres, es algo que algún día analizaré con más detalle, tengo unas cuantas teorías.
Como el anterior, realizaba dos funciones principales, facturar y contabilizar. Pero los procesos eran más complejos y el tratamiento de los datos almacenados permitía obtener mucha más información. Ya no se trataba sólo de emitir una factura como lo haría una máquina de escribir algo más sofisticada, sino de hacer también una gestión de pedidos, de stocks y unas estadísticas de ventas. En el área contable, partiendo del asiento contable, se llegaba a controlar las fichas de cuentas, los diarios y balances contables.