28 de abril de 2017

Alcaldes de Granja de Torrehermosa de 1893 a 1911

 


Este texto es una adaptación del artículo que Francisco Prieto Abril publicó en la revista de feria de Granja de Torrehermosa del año 2002. Por tanto, todo el mérito de la investigación entre los archivos municipales es suyo, yo me limito a divulgar su magnífico trabajo y complementarlo con algunas aportaciones que considero pueden servir para una mejor comprensión del tema. Las fotografías pertenecen al mismo artículo.

Sobre este período existen pocos documentos que recojan la vida municipal granjeña, bien porque se han perdido en cualquiera de los múltiples conflictos de la época, o porque no se han conservado adecuadamente. No obstante, los que sí se conservan nos han permitido conocer varias actuaciones corporativas importantes y también algunas curiosidades.

Antes de comenzar a relatar las historias de estas corporaciones, situemos el contexto municipal del país. Durante todo el siglo XIX hubo en España un debate muy intenso sobre la cuestión municipal. Existían dos corrientes, una centralizadora y autoritaria, y otra más abierta y descentralizadora. Moderados y progresistas tenían modelos municipales distintos, sus posiciones estaban muy enfrentadas, lo cual les llevaba a continuas polémicas y a presentar numerosas disposiciones legislativas  sobre esta materia.

En el período 1893-1910 está vigente la Ley Municipal de 1877, que tenía un sistema de sufragio restringido en el que sólo tenían derecho a voto los varones mayores de 25 años y que llevasen dos años residiendo en el municipio. Los concejales eran elegidos por los vecinos del municipio incluidos en el censo, su mandato duraba seis años, renovándose la mitad cada tres años. Los alcaldes eran elegidos por votación secreta por los concejales del Ayuntamiento, excepto los de las capitales de provincia y los de las poblaciones de más de 6.000 habitantes, que eran designados por el rey. El cargo de alcalde duraba seis años, salvo en los casos de cese o renuncia por los motivos estipulados en la ley.


Año 1910. Personajes granjeños de la época

MÁXIMO SPÍNOLA ORTIZ (1893-1895)

Es proclamado alcalde mediante votación entre los concejales electos el 1 de enero de 1893, según el artículo de referencia. Sin embargo, este dato podría ser erróneo, quizás no fue su primer mandato, o la fecha de la designación está equivocada, puesto que en La Gaceta de Madrid número 219 de 7 de agosto de 1891 aparece un anuncio convocando dos plazas de médicos en el que se le menciona como alcalde titular de Granja de Torrehermosa.

Extracto del Boe num 219 de agosto 1891

Uno de los problemas más importantes de esos años era el mal estado en que se encontraban los caminos vecinales, lo que dificultaba las transacciones de los productos agrícolas con los pueblos -limítrofes y con las plazas cercanas de Sevilla, Córdoba y Badajoz. Otra preocupación del Consistorio era la necesidad de dar trabajo a las clases obreras que sufrían paro, pues se temía que, de no remediarse la situación, podía traer conflictos tanto a la Corporación Municipal como a los propietarios de terrenos de labor.

Todas estas inquietudes están recogidas en un acta de 16 de diciembre de 1893. En la misma también se señala la vital importancia que tendría, para mejorar la situación, el comienzo de los trabajos de construcción del ferrocarril de vía estrecha entre Peñarroya y Fuente del Arco. Y a tal efecto, el Ayuntamiento acuerda dirigirse al ministro de fomento suplicándole la aprobación del proyecto en atención a las razones que manifiestan.


FRANCISCO GORDILLO MORUNO (1895-1897)

Es proclamado alcalde-presidente el 6 de enero de 1895. 

No se conoce ninguna actuación importante durante su mandato. Se conserva un documento en el que se contesta a la orden del gobernador civil de la provincia instando al Ayuntamiento a que sostenga económicamente una escuela elemental de cada sexo. Se le informa de que ya se sostienen cuatro escuelas de ambos sexos, dos completas y dos incompletas, pagadas de los fondos municipales, y que el aumento del servicio desnivelaría el presupuesto y provocaría la imposibilidad de abonar los salarios a los profesores de instrucción primaria.

Año 1904. Granjeñas de la época


D. FRANCISCO GÓMEZ MONTERO (1897-1899)

Es designado alcalde, mediante votación, el 1 de julio de 1897. Francisco Gómez era cuñado de Máximo Spínola, que estaba casado con su hermana Josefa.

Su proyecto más relevante, según acta de 22 de agosto de 1897, fue la convocatoria a subasta pública para dotar a la población de alumbrado público. La propuesta consistía en adquirir sesenta y tres farolas que estarían encendidas con aceite mineral o petróleo. El período de encendido sería de seis horas en nueve meses, a partir de el 1 de octubre de cada año, excepto las noches de luna, que estarían encendidas mientras no alumbrase ésta y las noches de Feria, Jueves Santo y Día de la Santa Cruz, que estarían encendidas toda la noche. La licitación estaba fijada en mil pesetas.


JUAN BUIZA BEAS (1898-1899)

Es designado alcalde el 1 de enero de 1898.

No hay constancia de ninguna actuación que sea considerada de interés de este alcalde, sólo un documento de 7 de mayo de 1899 en que se consta que, a efectos de la ley electoral, y para la distribución de distritos, se nominan todas las calles de la población existentes en aquel momento, que son: Sevilleta, Real, Magdalena, Carrera, Arcos, Llana, Tetuán, Carmen, Maguilla, Herradores, Pocito, San Juan, Cuervo, El Valle, Soledad, Socorro y Cristo. 


MANUEL DE LA GALA ORTIZ (1899-1903)

Es proclamado alcalde el 1 de julio de 1899.

En 1899 tuvo que enfrentarse a la crisis que atravesó la población como consecuencia de la invasión de langosta, y ante la imposibilidad de extinguirla por medios propios, tuvo que apelar al Gobierno para enfrentarse a la plaga.

En la sesión `plenaria del 28 de noviembre de 1899 el alcalde propuso la necesidad de estudiar con detenimiento la proposición que hacía la empresa de alumbrado eléctrico para proveer a la población de dicho alumbrado. Para tal fin se nombró una comisión compuesta por varios concejales,  si bien el concejal Antonio Moreno Medel mostró su disconformidad con la instalación de la luz eléctrica por no considerar a esta población con fondos para sostenerla.

Meses después, el 2 de enero de 1900 se concedió autorización municipal a Juan Martínez Cánovas, vecino de Linares, para ejecutar el tendido de cable eléctrico en las vías públicas, a fin de dotar de alumbrado a la población en el plazo de ocho meses.


ENRIQUE SPÍNOLA ORTIZ (1904-1906)

Fue proclamado alcalde el 1 de enero de 1904 mediante votación secreta entre los concejales electos. La sesión plenaria había sido "anunciada por bandos y edictos publicados en sitios de costumbre y por medio de pregón y toque de campana se declaraba abierto el acto". 

Su logro más importante fue iniciar el proyecto de construcción del nuevo cementerio municipal. En el pleno de 16 de enero de 1905, como quedó recogido en el acta, se habló de las malas condiciones en que se hallaba el cementerio católico que estaba junto a la Carretera de la Estación. Los concejales y vecinos estaban preocupados porque era pequeño y en poco tiempo sería insuficiente para la población. Y también por sus carencias, ya que no disponía de sala de autopsias, depósito de cadáveres, capilla, ni casa del sepulturero. Por todos estos motivos se consideró de urgente necesidad la ampliación del mismo. 

Posteriormente, en sesión plenaria del 23 de marzo, la corporación reconsideró el propósito de ampliación del cementerio, basándose en el informe emitido por el arquitecto nombrado por el Gobernador Civil. En este informe se señalaba  que el terreno contiguo al cementerio no reunía las condiciones necesarias, por no tener profundidad suficiente para las fosas, además de que no cumplía algunas exigencias legislativas. La Ley disponía que el cementerio debía estar situado al norte de la localidad y que la distancia con la última casa de la población fuera mayor de un kilómetro, dos circunstancias que no se cumplían, por lo que se aconsejaba elegir otra ubicación. Finalmente, y tras un amplio debate, se eligió como lugar más adecuado el sitio denominado Cerro del Barbero.

El 8 de junio, y considerando la imperiosa necesidad de proporcionar trabajo a los braceros que se encontraban sin ocupación, unas doscientos cincuenta personas, se aprobó la retirada de unas 18.500 pesetas del dinero depositado en el Banco de España, que era casi todo el que quedaba después de la retirada de las 28.402,23 pesetas necesarias para la construcción del nuevo cementerio. La corporación acordó unánimemente realizar las siguientes obras: empedrados de las calles del Cuervo, San Juan, Pocito, Magdalena, Travesía de San Juan y Carrera, que desde hacía años se ponían intransitables durante todo el invierno.


SEBASTIÁN DE LA GALA ORTIZ (1906-1909)

Proclamado alcalde el 1 de enero de 1906 tras la votación a favor de los doce concejales electos.

El 28 de enero, siete años después de la última nominación de las calles y a causa de la construcción de muchas viviendas nuevas en varias vías públicas de nuevo trazado, se volvieron a nominar la totalidad de las calles del casco urbano: Del Valle, Herradores, Tetuán, Cilla, Arcos, Córdoba, Plaza, Prim, Solanilla, Carreras, Magdalena, Travesía del Cuervo, Real, Sevilleta, San Sebastián, Cristo, San Isidro, Purísima, Iglesia, Maguilla, Pocito, San Juan, Cuervo, Socorro, Soledad y Carmen.

El 26 de agosto, y previa subasta pública al efecto, se adjudicó a José Ruiz Moya, vecino de Córdoba, la ejecución de la obra de construcción del nuevo cementerio, por un importe de 18.897 pesetas.

El 21 de julio de 1907 se finalizaron las obras del nuevo cementerio. El 3 de noviembre del mismo año, a las once de la mañana, el cura párroco D. Gervasio López, procedió a la bendición del nuevo cementerio, denominado San Sebastián, ante la presencia de la Corporación en pleno y después de una solemne procesión del vecindario. Ese mismo día se iniciaron los enterramientos.

Una semana después, el 10 de noviembre, se dispuso la clausura total del cementerio católico sito junto a la Carretera de la Estación, y en consecuencia, fueron prohibidos toda clase de enterramientos allí,  aunque todavía quedaba bajo la custodia e inspección del Ayuntamiento para su buena conservación.


ISIDRO PLAZA NÚÑEZ (1909-1910)

Fue proclamado alcalde el 1 de julio de 1909, "mediante las formalidades de rigor". 

El 15 de agosto el alcalde expuso que el aumento de población que el pueblo tenía causaba que continuamente se estuvieran construyendo nuevas viviendas, para lo cual era necesario usar tierra. Y viendo conveniente facilitar al vecindario esta primera materia de construcción, pues con ello se contribuía al desarrollo de la población, acordó permitir la extracción de la tierra precisa para tales construcciones en algunos terrenos de su propiedad, previa solicitud de permiso y autorización de la Alcaldía.

Año 1910. Construcción del cortijo de la finca Las Castanas


CÁNDIDO GONZÁLEZ YÓRQUEZ (1910-1911)

El 9 de agosto de 1910  Isidro Plaza Núñez presentó la renuncia a la alcaldía, acreditando que la enfermedad que padece le imposibilitaba ejercer el cargo. Conforme a la ley municipal, y mediante votación secreta, se procedió al nombramiento del nuevo alcalde entre los concejales. Resultó elegido Cándido González Yórquez.

Se hizo público que el número de habitantes de la población asciende a 5.983.

El 22 de octubre de 1911, se aprobó en sesión plenaria el presupuesto ordinario para 1912, ascendente a 59.344,45 pesetas.




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