(Artículo de Isidoro González Riscos en la Revista de Feria y Fiestas del año 1913)
Victoria del Frente Popular. Agudización de las tensiones sociopolíticas.
Desde comienzos del bienio cedista y, más aún, a partir de 1935 el clima social se había ido enrareciendo en la población, hecho similar al que ocurría en el resto del país. La relativa concordia anterior fue cediendo su lugar al enfrentamiento violento; la moderación gubernamental del bienio Azaña dio paso a la adopción de una política claramente involucionista.
Los meses previos a las elecciones de febrero de 1936 se viven en la Granja de Torrehermosa con fuertes tensiones internas entre las fuerzas de izquierda y derecha, fruto del enfrentamiento, no sólo entre los que querían cambiar la situación y las fuerzas inmovilistas, sino también por la muy distinta concepción del tipo, forma, ritmo y alcance de las transformaciones proyectadas.
A finales del año 1935 ya se vislumbraba con claridad, la convocatoria de nuevas elecciones para el próximo año, comenzando la proliferación de mítines preparatorios de la intensa campaña propagandística que se avecinaba. Tenemos constancia de este tipo de actos en nuestro pueblo, celebrándose un mitin de propaganda socialista el último domingo del año 1935 que requirió la presencia de guardias de asalto traídos de fuera (1). Este hecho nos pone claramente de manifiesto la difícil convivencia y las fuertes tensiones sociopolíticas que vive la población.
En este ambiente de alta crispación, el 7 de enero de 1936 quedan disueltas las primeras cortes ordinarias de la República, convocándose nuevas elecciones para el 16 de febrero.
El 15 de enero quedaba constituido el Frente Popular, una coalición de partidos de izquierda que aprendieron del error de ir separados en las pasadas elecciones. El pacto incluía a todos los grupos de izquierda, sin embargo, el programa electoral fue en realidad elaborado por representantes socialistas y del republicanismo, siendo estos últimos quienes lograron imponer sus planteamientos. De ahí las ideas más reformistas que revolucionarías incluidas en el programa y que en líneas generales se basaban en estos cuatro puntos básicos:
* Amplia amnistía de los delitos políticos-sociales cometidos con posterioridad a noviembre de 1933.
* Reposición de los empleados públicos que habían sido objeto de suspensión, traslado o separación por causas políticas.
* Reparación a las familias de las víctimas ocasionadas por fuerzas revolucionarias como por las ilegalidades de la fuerza pública en la represión.
* Prioridad de la Reforma Agraria. No nacionalización de la tierra. Menor presión fiscal en el campo.
Dos agrupaciones políticas se enfrentarían al frente de izquierdas. Acción Popular y Agrario (centro) y la coalición de derechas C.E.D.A.
Se iniciaba así una intensa campaña propagandística previa a las elecciones del 16 de febrero que se caracterizaría por una extraordinaria proliferación de actos electorales en los que la población granjeña participó activamente. La localidad era un núcleo de población importante en la provincia y por ella pasaron figuras destacadas de las formaciones en liza.
Testimonios orales recuerdan los mítines de la socialista Margarita Nelken entre las diferentes figuras políticas que desfilaron durante aquellos días por nuestro pueblo. También nos manifiestan los mítines de derecha en los que se utilizaban símbolos y eran oídos con frecuencia gritos de estilo fascista, llamando a los manifestantes a la contrarrevolución como contrapartida a la propuesta del Frente Popular.
En este intenso ambiente electoral se celebran las Elecciones a Diputados a Cortes el domingo 16 de febrero, coincidiendo este día con la celebración de los carnavales que durante toda la República tanto auge habían alcanzado en la localidad con las famosas murgas, estudiantinas y los bailes de máscaras. Populares fueron las coplillas que durante esos días se cantaban por calles y plazas, alusivas a la situación que se estaba viviendo. Testimonios orales nos recitan la siguiente:
Como el compañero Ramostiene tanta fuerzadice que no da jornalpor menos de cinco pesetas.
A pesar de esta celebración la población acude a votar masivamente, no registrándose incidentes de importancia. En la Granja de Torrehermosa existía una alta militancia política y sindical, con una gran implantación del PSOE y la UGT-FNTT. Así los granjeños dan su apoyo al Frente Popular, igual que la gran mayoría de municipios del Partido Judicial de Llerena, que ha ganado en 14 de las 18 localidades y siendo este partido el que más apoyó a la coalición de izquierdas con un 70% de los votos (3). El cómputo total en la provincia de Badajoz fue de un 54,4% de los sufragios para el Frente Popular y un 45,6% para la C.E.D.A. La diferencia entre ambas fuerzas políticas fue un 0,3% menor que a nivel nacional.
En la Granja de Torrehermosa, apenas conocidos los resultados electorales y el triunfo de la izquierda, se producen manifestaciones públicas de alegría y júbilo con cánticos y enarbolar de banderas rojas que recuerdan a la proclamación de la II República (4). La emoción de las clases populares es enorme con una renovada expectativa de mejora de la situación viviéndose con desbordante alegría. El campesino consideraba que volvía a ganar la República y se podía volver a respirar después de aquellos años de bienio negro, despertando de nuevo las aspiraciones a una nueva reforma agraria e insistiéndose en el slogan "la tierra para el que la trabaje".
Sin embargo, esta victoria produjo gran pánico entre los elementos más conservadores, hasta tal punto que ya desde los primeros momentos, tras conocerse los resultados electorales, notorios personajes de la oligarquía tradicional, atemorizados por el triunfo frentepopulista, trataron de invitar al General Franco, jefe del Estado Mayor del Ejército para que llevase a cabo una rectificación, a través de un golpe de estado de nuevo rumbo que iba a emprender el país.
Quedaba más que de manifiesto, la tremenda fractura ideológica entre las fuerzas de derecha e izquierda que polarizaban la nación. El 18 de febrero se declaraba el estado de alarma en toda España. Tres días después de las elecciones, Azaña, ante el abandono del hasta entonces Jefe del Gobierno, Portela Valladares, forma gobierno con republicanos de izquierda y sin la participación de los partidos obreros, comenzándose a implantar los acuerdos básicos con los que el Frente Popular había ganado las elecciones.
El 20 de febrero, el Gobernador Civil de la Provincia envía al Comandante del Puesto de Guardia Civil de la localidad y para que éste la traslade al secretario del consistorio, una orden por la que se repone el ayuntamiento de elección de 1931 y el cese de los concejales interinos a cuyo frente se encontraba el cedista Antonio Esquiliche, quedando el 21 de febrero repuesto el nuevo consistorio que tendría como alcalde-presidente al socialista Anselmo Martínez Montero y a los concejales Manuel Zambrano Espinal, Valentín Alvarado Parreño, Ramón Ramos Izquierdo, Ramón Cárdeno Barragán, Germiniano González Pila, Pedro Buiza Corvillo, José Santiago Montalvo y Antonio Santiago González (5).
En toda la provincia se comienzan a reponer, allí donde procedía, los "Ayuntamientos Populares, suspendidos gubernativamente a raíz de los sucesos revolucionarios de octubre de 1934, reponiéndose los elegidos en 1931.
El 22 de febrero, se celebra sesión extraordinaria de urgencia en la que el nuevo consistorio aprueba por unanimidad. estimar ilegal la constitución del ayuntamiento interino cesante y proceder a la revisión de sus acuerdos. Se destituyen de sus cargos a todos los empleados de la administración local que habían ejercido sus funciones con la anterior gestora, encargado del Registro de Colocación Obrera, Jardinero Municipal, Guardias Municipales, Recaudador de Arbitrios y al Conserje del Grupo Escolar, siendo sustituidos por otros afines al nuevo orden. Se acuerda igualmente que se cumpla lo acordado por el ayuntamiento el 22 de septiembre de 1934 y se reintegre en las arcas municipales el importe de los haberes que dejó de percibir el oficial de la Secretaria del ayuntamiento, desde su destitución hasta su reposición en virtud de la sentencia del Tribunal Supremo. Por último, se aprueba "utilizar los procedimientos legales para exigir las responsabilidades en que hubieran podido incurrir las personas que constituyeron el ayuntamiento interino por el ejercicio ilegal de los cargos (6).
Una de las primeras medidas que el nuevo gobierno de la nación promulga fue amnistiar a los presos políticos por los sucesos revolucionarios de 1934. A finales de febrero en la Granja de Torrehermosa como en toda la provincia, se festeja la llegada a los pueblos de los presos amnistiados. Testimonios orales nos recitan la coplilla que por aquellos entonces se cantaba: (7)
Viva la España gloriosaque el 16 de febreroluchó por la libertadde treinta mil compañeros
Desde el principio se aprecia un rasgo que iba a ser característico del período: el creciente protagonismo de las masas en la calle, que terminaría llevando a un desbordamiento de sus propias organizaciones.
Para entender mejor los acontecimientos que tendrán lugar en estos últimos meses de la República, así como el discurrir de estos años desde su implantación, conviene explicar un hecho fundamental origen de todas las tensiones sociopolíticas que se estaban viviendo en la localidad y que no es otro que el desigual reparto de la propiedad. En una población de cerca de 8.500 habitantes la distribución de la riqueza de la tierra guardaba un fuerte desequilibrio entre los grandes, medianos y pequeños propietarios. Un total de 564 granjeños, el 84,5% de los que poseían tierra, la tenían en poca cantidad no sobrepasando las 1000 pesetas de valor líquido imponible. Los 71 medianos propietarios representaban el 11% oscilando su valor líquido imponible entre las 1001 y 5000 pesetas. Finalmente, los grandes propietarios o terratenientes lo constituían el 4,3% poseyendo tierras con más de 5000 pesetas de valor líquido imponible (8). Esta gran concentración de la riqueza rústica en manos de 29 hacendados de la localidad casi duplicaban el porcentaje de la riqueza de los pequeños y medianos propietarios juntos, aunque la realidad social de estos últimos era más parecida a la de los grandes patronos de la tierra. Entre estos principales hacendados de la localidad se encontraban: Miguel Gironza, José Castillejo, Sebastián de la Gala, Antonio Llera, Enrique Spínola, Fernando Calzadilla, José Spínola Gómez, Fabriciano Calzadilla, Francisco Llera de la Gala, José Henao y Emilio Llera (9).
Además de estas notables diferencias, debemos recalcar la existencia de una importante masa jornalera que no poseía ningún tipo de propiedad y que junto a los pequeños propietarios dependían de las peonadas de los terratenientes principalmente y de los labradores (medianos, propietarios) en menor medida. Estos pequeños propietarios completaban frecuentemente sus economías familiares con trabajos como jornaleros.
Estos colectivos tenían un problema fundamental que era la irregular distribución estacional del trabajo por lo que durante una gran parte del año (generalmente desde septiembre hasta finales de marzo o principios de abril) se encontraban en paro forzoso, que unido a los ocasionales temporales metereológicos como el que se estaba viviendo desde finales de 1935 hasta últimos de marzo de 1936, con abundancia de precipitaciones, contribuyó a agravar más la situación. La parálisis total de las actividades agrarias expandió el hambre a numerosos hogares de las clase trabajadoras de la localidad (10).
Tampoco podemos obviar que esta importante masa jornalera, generaba una excesiva mano de obra cuya consecuencia era los bajos salarios que llevaban a muchos granjeños a una situación económica bastante mísera, en la que los gastos cotidianos iban por debajo de los sueldos. De ahí que la situación se hiciera en muchas ocasiones insufrible.
En estas ocasiones se trataba de paliar el problema a través de la ejecución de obras públicas municipales. Estas medidas suponían más un alivio que una solución eficiente ante la situación que necesitaba de otras medidas que habían de acordarse lejos del consistorio.
En definitiva y estructuralmente, la sociedad granjeña tenía como base a los grandes propietarios agrarios latifundistas, dueños de la mayor parte de tierras del término. Esta concentración de la propiedad fue foco permanente de conflicto y aprisionaba la vida rural, donde centenares de pequeños propietarios y jornaleros se encontraban oprimidos y sometidos a una secular dialéctica de servidumbre económica y política.
En este estado de cosas, a principios de marzo una ola de invasiones de fincas, robos de frutos y otros destrozos comienzan a extenderse por Extremadura. La falta de tierras de labor impulsó a numerosos yunteros el día 1 de marzo a efectuar invasiones en varios pueblos de la provincia de Badajoz. A esta señal respondió el gobierno Azaña con la publicación de un decreto el 3 de marzo en el que se concedía a los yunteros "el derecho a recuperar el uso y disfrute de las tierras que anteriormente se hubieran utilizado". Este mismo día la Corporación Municipal se reúne en sesión ordinaria y entre los asuntos más importantes que acuerdan: continúan cesando y designando a los nuevos cargos del consistorio, requieren del Gobernador Civil de la provincia que designe una persona para que efectúe inspección de la gestión del ayuntamiento interino que cesó y alquilar un local para el registro de Colocación Obrera. Entre otros acuerdos que se aprueban, llama significativamente la atención, "la adquisición de uniformes para la Guardia Municipal y la compra de una pistola que falta (11). Este hecho nos vuelve a poner claramente de manifiesto la agudización de las tensiones que se están viviendo entre la población y el deseo de la Corporación Municipal de dotar a la Guardia Municipal del control de la situación para que ejerza de garante del orden y la autoridad.
Desde principios de marzo se constata la presencia de un "doble poder", el oficial encarnada en las instituciiones y el popular desempeñado por las organizaciones obreras y campesinas. En la Granja de Torrehermosa la actividad sindical en el campo fue importante con la presencia de doz organizaciones sindicales, ambas enmarcadas en la Federación Nacional de Trabajadores de la Tierra, denominadas Obreros del Campo y Mozos de Labor F.N.T.T. (12).
Conforme va transcurriendo el mes de marzo los días 11 y 12 del mismo, se extienden las invasiones de fincasen numerosos términos de la región, mientras en los pueblos proliferan las manifestaciones en demanda de labor y trabajo. Tenemos constancia que en nuestra localidad 3l 18 de marzo se realizaron asentamientos de campesinos, provocando gran inquietud y protestas de los propietarios (13). También este mismo día vuelve a reunirse la Corporación Municipal y entre los asuntos tratados nos vuelve a llamar la atención los incidentes de orden público producidos en días anteriores que requirieron los servicios de la Guardia Civil de Azuaga (14). En estos primeros días de gobierno, la desconfianza hacia esta fuerza de orden dependiente del municipio era absoluta, aunque en momentos de necesidad, como el comentado, la corporación frentepopulista recurriera a la Guardia Civil, incluso aumentando sus efectivos trayéndolos de fuera, para que desempeñara las funciones que como fuerza de orden público tenía encomendadas. Nunca hubo unas relaciones fáciles. La desconfianza era grande, debido a la natural indignación del cuerpo hacia las denominadas "personas de orden".
A mediados de marzo se traslada a la región el director del instituto de la Reforma Agraria (IRA) con el fin de realizar a la mayor brevedad posible, unos 40.000 asentamientos campesinos a asentar en cada pueblo, finalizando el plazo el 20 de marzo. Este día se promulga un nuevo decreto autorizando a los yunteros de Extremadura a entrar en posesión de las tierras que se le asignaron y al I.R.A. a ocupar con rapidez las fincas necesarias para la reforma agraria (15). Desde la F.N.T.T. de Badajoz, que mostraba un progresivo radicalismo, se lanza a sus afiliados la consigna de invadir las fincas de todos los pueblos de la provincia.
En la mañana del 25 de marzo se produce un trágico incidente en la Casa del Pueblo en el que resulta muerto el agente de policía granjeño José Andrés Herrero Gordillo que se encontraba de permiso en la localidad. Pepe, como popularmente se le conocía, fue a visitar a su hermana María que vivía un par de casas por encima de la Casa del Pueblo donde se estaba celebrando una acalorada reunión, Al pasar varios participantes izquierdistas que se encontraban fumando en la puerta, le increpan tildándolo de fascista. El agente intenta serenarlos, insistiéndoles que no tiene nada que ver con la política. Poco a poco la discusión comienza a subir de tono iniciándose un forcejeo que el agente intenta nuevamente aplacar. Al enterarse María de la situación que se estaba viviendo en plena calle, insta a su hermano a defenderse y a utilizar las armas que porta. Momento en el que comienzan a ensañarse con él, produciéndole varias heridas de arma blanca. El salvaje linchamiento le provoca la muerte instntánea. La conmoción en el pueblo fue tremenda, era la primera víctima de estas características que se producía en la localidad (17). El sepelio necesitó del refuerzo de varias camionetas de Guardias de Asalto procedentes de Badajoz, no siendo necesaria la intervención de la fuerza al no registrarse incidentes (18).
Estos hechos evidencian un radicalismo cada vez másintenso en la sociedad granjeña, en la que se defendían dos modelos de sociedad bien distintos y unos principios políticos-ideológicos diametralmente contrapuestos. Estas trifulcas entre individuos de distinta tendencia política empiezan a convertirse en habitualesen muchos puntos de la región yel país, llegándose en muchas ocasiones a la pérdida de la vida.
A finales de marzo en la provincia de Badajoz, la superficie ocupada y los asentamientos realizados se elevaban a 105.090 hectáreas y a 41.499 yunteros, repartidos por 1502 fincas y 130 términos municipales (19), entre los que se encontraba la localidad granjeña donde según fuentes orales, una de las fincas que se expropiaron fue la Cerca de la Fuente, recibiendo los jornaleros agraciados un total de dos fanegas cada uno. Estas fuentes nos comentan la celebración, días después, de una comida de convivencia para celebrar el feliz reparto. En mitad de la merienda reciben la visita de la Guardia Civil en actitud hostil por haber talado varias ramas de encina para prender una hoguera. El hecho produce una trifulca entre los jornaleros y las fuerzas del orden, escribiendo la gente del lugar la siguiente coplilla: Los guardias se presentaron / a la hora de merendar / así nos encañonaron / nos quisieron ametrallar. / Que toma pirata / que vencer no logró / porque el muy valiente / fue el trabajador (20).
Los campesinos asentados comenzaron a labrar las tierras que les había correspondido, disminuyendo las invasiones de fincas a partir del momento en que su ocupación era legalmente autorizada por los ingenieros del instituto de Reforma Agraria (I.R.A.). Los pactos de trabajo firmados entre patronos y obreros y la concesión de tierras a los yunteros devolvieron la tranquilidad a la población durante el mes de abril, sólo interrumpida tras la decisión de las autoridades frentepopulistas de prohibir la celebración de actos o exhibiciones de símbolos religiosos por las calles durante la Semana Santa (21). El 9 y 10 de abril, jueves y viernes santo, se celebraron las procesiones en el interior de la Iglesia Parroquial, prohibiéndose a los sacerdotes vestir ropas sagradas, portar el viático en procesión o el toque de campanas. Esta situación que se vivió en casi toda la región, sirvió para agudizar las pasiones e incrementar el odio personal hacia el régimen republicano, en unos individuos que consideraban vulnerado su derecho a manifestar libremente sus sentimientos regiosos.
El 18 de abril la corporación municipal celebra sesión ordinaria en la que se acuerda entre otros temas de iterés, solicitar a la Junta Nacional contra el Paro, una subvención para la construcción del camino vecinal que uniría a esta villas al de Azuaga y a Campillo de Llerena (22). Este hecho pone de nuevo énfasis en la principal dificultad que este ayuntamiento tuvo que superar para poder combatir con eficacia el problema del paro obrero y que fue la permanente escasez de recursos económicos que padecía el municipio. A todo ello habría que añadir otros ingredientes como la agudeza de la crisis de trabajo que se estaba viviendo y el elevado número de parados forzosos existentes en la población, unido a la gran esperanza depositada en el triunfo frentepopulista.
No podemos negar al ayuntamiento, como a las corporaciones anteriores, su preocupación por esta situación que originaba un gran problema social. No obstante, la solución definitiva exigía medidas legislativas fuera del alcance del municipio, cambios en la distribución de la propiedad de la tierra que terminaran con la pobreza y la dependencia económica de la mayor parte del vecindario. Las obras públicas no eran más que un parcha, un alivio provisional que progresivamente fue aumentando la tensión social en La Granja de Torrehermosa.
Iniciado el mes de mayo, una de las manifestaciones más temidas por las autoridades era la que se celebraba tradicionalmente el primero de mes. El Gobernador Civil de la Provincia, mandó una circular al ayuntamiento, manifestando que sería autorizado si el alcalde garantizaba el orden público. La delegación Provincial de Trabajo tomó diversas medidas como el cierre de los bares desde las 12 horas del día 30 hasta la mañana del 2 de mayo. Los coches de línea circularían sólo los de itinerarios fijos y el cierre de cines y teatros (23). Estas medidas evidenciaban claramente el temor a desórdenes públicos por su potencial desestabilizador.
Dos días más tarde, el 3 de mayo, la corporación municipal se reúne en sesión ordinaria y entre los temas abordados se continúa discutiendo sobre las responsabilidades de la anterior gestora municipal. En esta sesión se aprueba la minuta de honorarios del delegado encargado de realizar el informe sobre la exigencia de responsabilidad civil a los concejales que tomaron acuerdo de la destitución del Sr. Alvarado, repuesto en virtud de la sentencia del Tribunal Superior (24).
A medida que fueron finalizando los pactos de trabajo firmados entre patronos y obreros, se desatan nuevos enfrentamientos, exigiendo la F.N.T.T. el establecimiento de nuevos convenios hasta la aprobación hasta la aprobación de las bases de trabajo que habían de regir en las operaciones de siega. En muchos casos los propietarios rechazan la firma de dichos acuerdos en las condiciones exigidas por la federación de trabajadores. Mientras tanto el día 10 de mayo, Azaña es elegido Presidente de la República, sucediéndole en la jefatura de gobierno un estrecho colaborador, Santiago Casares Quiroga que presidiría los dos últimos meses de normalidad constitucional republicana.
El 18 de mayo se celebra sesión ordinaria en el que toman posesión de sus cargos los señores: Armando Cabrera Valverde, Cándido Pila Velasco, José Calero Cuadrado, Julián Romero Romero, Diego Díaz Gómez y Emilio González Díez nombrados concejales interinos por el Gobernador Civil de la Provincia para cubrir vacantes. Completando la corporación municipal los ya nombrados Manuel Zambrano Espinal, Valentín Alvarado Parreño, José Bella Montero, Pedro Buiza Corvillo, Germiniano González Pila, Ramón Cárdeno Barragán, Antonio Santiago González y José Santiago Montalvo, continuando su función de alcalde Anselmo Martínez Montero. Se designan las comisiones de Hacienda, Montes, Obras Públicas y Beneficiencia entre todos los concejales que formaban la corporación (25).
En esa misma sesión se aprueba el contrato para la construcción de obras de alcantarillado y entre otros temas de interés se acuerda "hacer las gestiones inmediatas al Instituto de Reforma Agraria (I.R.A.) sobre la devolución del trigo acogidos a la Intesificación de Cultivos del año agrícola 1933-34 en lo que excediera del que debieron depositar valorado al precio de tasa".
A finales de mayo y principios de junio surgen nuevos conflictos como consecuencia de la falta de entendimiento en los debates sobre las bases que habían de regir en las operaciones de siega. Las organizaciones obreras exigían garantía de trabajo durante 45 días con un salario de 12-12,50 pesetas por un jornal de siete horas, estas condiciones jamás se respetaron en la Granja de Torrehermosa. Amenazando los propietarios con no segar sus mieses convencidos, sobre todo los medianos y pequeños de que el abono de estos salarios les provocaría una ruina segura.
El 3 de junio se reúne la corporación municipal en sesión ordinaria y entre otros temas de interés, se informa de una comunicación de la comisión especial para la aplicación del Decreto de 29 de febrero de 1936, nº 225 en la que se comunica "la resolución recaída en demandas presentadas contra este ayuntamiento por varios dependientes de esta corporación municipal por cuya resolución se dispone la readmisión de los mismos, señalándose una indemnización a cada uno, acordándose cumplirlas y solicitando informe sobre la posible responsabilidad del consistorio anterior".
Se acuerda igualmente tomar las medidas adecuadas de la Junta de Sanidad para el saneamiento de las pedreras en las que el vecindario realizaba sus coladas y por último, indemnizar al Primer Teniente de Alcalde, Manuel Zambrano por los gastos y perjuicios ocasionados por su intervención como delegado de la alcaldía en los asentamientos agrícolas realizados en el año actual (26).
A mediados de junio se extiende una oleada de huelgas por numerosos pueblos de la provincia entre los que se encontraba la Granja de Torrehermosa, a pesar de haberse firmado unas bases laborales absolutamente favorables a los intereses de los trabajadores.
El día 3 de julio, se celebra la última sesión de la corporación antes de la insurrección militar, acordándose solicitar a la Junta Nacional contra el Paro la cantidad de ciento cincuenta mil pesetas para la subvención del alcantarillado y entre otros temas de interés, la preparación del parque municipal para los meses estivales, proyectos que tuvieron que ser aparcados por el cariz que iba a tomar la situaión (27).
A comienzos del verano se observa un radicalismo cada vez más intenso de patronos y organizaciones obreras en los que los choques progresivamente más duros entre el capital y el trabajo y las actuaciones violentas de unos y otros eran los rasgos típicos de la sociedad granjeña de la época.
En este último período iniciado en febrero de 1936 con la victoria del Frente Popular se había repartido entre los meses de marzo a julio más tierras y asentado más campesinos que en todos los años de régimen republicano. En Cáceres y Badajoz recibirían tierras aproximadamente una tercera parte de la población agraria (en Badajoz se asentarían 49.809 yunteros o jornaleros y en Cáceres 31.388). La región extremeña fue con diferencia sobre el resto de las españolas, las más beneficiadas por los repartos de tierras y asentamientos de jornaleros, distribuyéndose el 41,3% de todo el territorio ocupado por el I.R.A. en el ámbito nacional (28). Sin embargo, todo ello no supuso la solución a los problemas del campo extremeño.
En algunos lugares se había conseguido mejorar un tanto la situación de una buena parte de los jornaleros que ahora, al menos, podían subsistir con el fruto de su trabajo aunque el problema de fondo no se había resuelto y prueba de ello fue la importante conflictividad social que persistía en los pueblos.
Tras el triunfo del Frente Popular, la conspiración militar en España, apoyada por los sectores más conservadores tomaría cuerpo, culminando en el golpe de estado del 17 y 18 de julio que nos conduciría a una cruenta Guerra Civil.
Finalizaba así la República y con ella la esperanza de muchos granjeños y granjeñas de saciar su hambre de tierra y de acabar con un mundo rural hecho a la medida de los patronos, basado en el desigual reparto de la propiedad, la injusticia social, la explotación y el caciquismo. Finalizaba la esperanza de ver prosperar una tierra necesitada de profundos cambios que sólo un sistema político de estas características podía facilitarles.
1. Archivo Municipal de La Granja de Torrehermosa. Actas de Plenos. Enero de 1936
2. Para esta publicación he utilizado varios testimonios de personas de edad de la localidad que desean la aparición de sus nombres en el presente escrito.
3. GUTIÉRREZ CASALÁ, José Luis. "La II República en Badajoz", págs. 262 y 263
4. Fuentes orales
5. Archivo Municipal de La Granja de Torrehermosa. Actas de Plenos. 21 de febrero de 1936
6. Archivo Municipal de La Granja de Torrehermosa. Actas de Plenos. 22 de febrero de 1936
7. Testimonios orales
8. GUTIÉRREZ CASALÁ, José Luis. "La II República en Badajoz", págs.50-52
9. Revista de Feria y Fiestas 1991. "Tierra para asentados". Diario HOY 1 de enero 1933. Lista completada por fuentes orales.
10. Revista de Feria y Fiestas 1988. HINOJOSA DURÁN, José. "Aproximación del estudio de la II República (!931-1936) en Granja de Torrehermosa. El paro campesino y GARCÍA PÉREZ y SÁNCHEZ MARROYO, Juan y Fernando "La Guerra Civil en Extremadura". HOY, Diario Regional de Extremadura pág.18
11. Archivo Municipal de La Granja de Torrehermosa. Actas de Plenos. 3 de marzo de 1936
12. CARRIÓN, Pascual. "Los latifundios en España"
13. ABC, Madrid, miércoles 18 de marzo de 1936
14. Archivo Municipal de La Granja de Torrehermosa. Actas de Plenos. 18 de marzo de 1936
15. GARCÍA PÉREZ y SÁNCHEZ MARROYO, Juan y Fernando. "La Guerra Civil en Extremadura". HOY, Diario Regional de Extremadura pág.19
16. Ibidem, pág 19
17. Fuentes orales. José Andrés Herrera Gordillo trabajaba de agente de policía secreta en Madrid. Se encontraba disfrutando de unos días de permiso en su pueblo cuando fue asesinado. La losa que cubre sus restos reza el siguiente epitafio: Si eres bueno y bien nacido / rezarás ante esta losa / una oración fervorosa / por nuestro mártir querido.
18. LA VANGUARDIA. Sábado 28 de marzo de 1936
19. GARCÍA PÉREZ y SÁNCHEZ MARROYO, Juan y Fernando. "La Guerra Civil en Extremadura". HOY, Diario Regional de Extremadura pág.19
20. Fuentes orales
21. GARCÍA PÉREZ y SÁNCHEZ MARROYO, Juan y Fernando. "La Guerra Civil en Extremadura". HOY, Diario Regional de Extremadura pág.22
22. Archivo Municipal de La Granja de Torrehermosa. Actas de Plenos. 18 de marzo 1936
23. GUTIÉRREZ CASALÁ, José Luis. "La II República en Badajoz", pág 273
24.Archivo Municipal de La Granja de Torrehermosa. Actas de Plenos. 3 de mayo de 1936
25. Ibidem, 19 de mayo de 1936
26. Ibidem, 3 de junio de 1936
27. Ibidem, 3 de julio de 1936
28. GALLARDO, Jacinta "La Guerra Civil en la Serena"