Dolors Codina fue la primera mujer que ejerció el cargo de alcaldesa en Catalunya y la segunda en el estado español. Aunque no fue elegida por sufragio universal, pues fue nombrada por el régimen dictatorial del general Miguel Primo de Rivera, es muy de respetar su valentía al tomar el mando en un mundo gobernado por hombres que seguramente la veían como una intrusa, y la buena gestión que hizo del bien común.
Nacida en Lleida en el año de 1878, no hay constancia de la fecha exacta. Era hija de Joaquim Codina Canut y María Teresa Arnau de Bellmunt. Su padre era el heredero de una rica familia de terratenientes de Talladell que durante el siglo XIX ocuparon importantes cargos políticos liberales. Su familia era una de las más importantes e influyentes de la provincia de Lleida, su casa natal era Can Codina, y ella era la hija mayor, es decir, la pubilla, la heredera de todos los bienes familiares.
Su personalidad era calmada, silenciosa, era una persona estudiosa que prefería la soledad y disfrutaba pasando las tardes refugiada en sus lecciones de piano. El 17 de octubre de 1924, fue designada alcaldesa de Taladell por el régimen político del general Primo de Rivera, sirviéndose del Estatuto Municipal de 1924, que establecía que las mujeres podían ser elegibles siempre y cuando se cumplieran algunos supuestos, como que estuvieran solteras o fueran viudas con patria potestad. Las casadas no podían presentarse a unas elecciones.
Siendo fiel a su carácter, el mandato de Dolors Codina fue calmado y austero, y no destacó por ninguna gran acción política, pero tampoco por ninguna irregularidad. La alcaldesa se limitó a administrar de forma correcta los presupuestos municipales y a seguir las dinámicas legales que regían las administraciones locales. Entre sus logros, consiguió dinamizar la vida cultural de su ciudad, creó la Sociedad Coral la Aurora, y fomentó las actividades musicales y corales en su municipio.
En el equipo de aquel gobierno municipal había otras dos mujeres más, Antonia Solí y Francesca Domingo, que era la maestra del pueblo. De todas formas, los hombres eran mayoría en el consistorio.
Escudo de Talladell, 1879
Sus funciones públicas acabaron cuando se derrumbó la dictadura. Durante la Segunda República, Dolors Codina siguió viviendo en la casa pairal, dedicándose a la administración del patrimonio familiar. Al comenzar la Guerra Civil, y debido a su ideología derechista, abandonó su casa y estuvo tres años viviendo escondida en Barcelona, en paradero desconocido.
Una vez acabada la guerra, en el año 1940 regresó a Talladell, a su pairal y a su vidad acomodada. Cuatro años más tarde, el 26 de junio de 1944, murió de forma súbita a la edad de 66 años, en medio de rumores de todo tipo.
Torre Codina, septiembre 2017
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