El estudio, de Marie Bashkirtseff, 1881 (En la Academia Julien, en París)
Sometidas a múltiples prejuicios, las mujeres del siglo XIX no tenían fácil practicar la pintura, ni otras actividades artísticas reservadas a los hombres, menos aún que fueran reconocidas públicamente. Y eso pasaba en París, que era el centro de la bohemia y del progresismo, en otros lugares aún era peor.
Como mujeres, no podían ser admitidas en la Escuela de Bellas Artes, no fue posible hasta 1897. Tampoco estaba bien visto que pintaran al aire libre, como sus colegas masculinos, lo que las obligaba a situar sus obras en el ámbito doméstico. Tuvieron que lidiar con muchos obstáculos, pero a fuerza de convicción, hubo un grupo bien nutrido de pintoras que se sintieron representadas por las ideas del movimiento y buscaron su lugar en el impresionismo. La Academia Julien, una de las pocas que sí aceptaba a mujeres, fue pionera en su época. Por allí pasaron muchas de las pintoras impresionistas.