27 de septiembre de 2021

Mina La Jayona de Fuente del Arco


Descubrí la existencia de esta mina abandonada el año pasado, y fue por casualidad. Estaba pasando las vacaciones de verano en mi pueblo de nacimiento, y como cada año, habíamos decidido dedicar unos días a hacer turismo por los lugares de interés de la zona. Elegimos esta vez visitar la Ermita de la Virgen del Ara en Fuente del Arco, al llegar allí vimos numerosos carteles e indicaciones de una mina cercana, y al acabar nuestra visita decidimos acercarnos para echar un vistazo. Nos pareció muy interesante, sin embargo, no pudimos entrar, había que reservar con antelación y con las restricciones de la pandemia, resultó imposible encontrar un hueco en lo que nos quedaba de vacaciones. Así que la visita quedó pospuesta para el año siguiente.

La mina la Jayona es un monumento natural que se encuentra en la sierra del mismo nombre, en el término municipal de Fuente de Cantos, en la provincia de Badajoz. Se trata de una mina de hierro que estuvo en funcionamiento desde el año 1900 al 1921, de la que se pueden visitar varios niveles en ruta guiada. La visita es gratuita, dura unas dos horas y la mayor parte se realiza al aire libre.

Empecemos con un poco de historia. Los primeros antecedentes que existen de que en toda esa zona había actividad minera son de la época romana, así lo deja registrado Plinio el Viejo en varios escritos en el siglo I. Los abundantes restos romanos que se encuentran en el territorio, entre ellos la ciudad de Regina Turdulorum, nos hacen pensar que era una zona de mucha actividad, al amparo de las fértiles tierras de la campiña y las minas de hierro y plomo de las sierras cercanas.



Sin embargo, no se puede afirmar con rotundidad que existiera una mina en la sierra de la Jayona en la época romana, tampoco en los siglos posteriores, puesto que no ha quedado ningún rastro. No es hasta finales del siglo XIX, cuando el sector minero experimenta un importantísimo crecimiento en España y en particular en Extremadura, que tenemos las primeras noticias documentadas de los minerales existentes en esta zona y en concreto de esta mina. 

En el año 1899, tras el fallecimiento de Gonzalo de Saavedra y Cueto, marqués de Bogaraya, su esposa hereda todos sus bienes. Entre sus propiedades se encuentran las minas "El Monstruo" y "Ya te lo decía", que había llegado a manos del marqués después de ganar vía judicial un largo litigio con el propietario anterior. Un año después la Estadística Minera de España recoge que estas minas, situadas en la sierra la Jayona producen 3960 toneladas de hierro que son conducidas en caballerías menores (es decir, burros y mulas) hasta la estación de Fuente de Cantos, y desde aquí a Peñarroya, donde se empleaban como fundentes en los hornos de plomo.



Fernanda de Gaviria, marquesa viuda de Bogaraya, no se sentía capacitada para manejar una mina de tanta complejidad  y decidió arrendarla a una sociedad belga dirigida por Carlos Merlin-Huybrechts, aunque la gestión corría a cargo de su hermano  Julio, que era ingeniero químico. Estos ingenieros belgas se instalaron en la zona y fueron los que modernizaron el transporte del mineral.

En 1903 se construye un teleférico para transportar el mineral hasta la estación de Fuente de Cantos, 5.600 metros, un cable fijo y otro móvil engranados por una polea y rodillos. El dinero para la obra procede de un préstamo pedido a la Sociedad de Minería, en el trato que se firma se acuerda que la deuda se pagará con una parte del mineral extraído. Una vez construido el tranvía aéreo, los hermanos belgas incumplen su parte del convenio y comienzan a no declarar todo el mineral que estaban extrayendo de la mina, para de esta manera pagar menos a la Sociedad de Minería. Se calcula que solo declararon un cuarto de todo el mineral extraído. Finalmente la trampa se descubre, y la mina es intervenida y se comienza a dirigir desde Madrid.

En esta época se incendia el pabellón de ingenieros y se pierden gran cantidad de documentos. Sólo se han conseguido rescatar 437 nombres de personas que estuvieron trabajando allí, aunque seguramente fueron muchas más. Uno de los documentos rescatados recoge el salario de los mineros en el año 1900, que variaba en función de la edad del trabajador, del sexo y la dificultad del trabajo. Las mujeres solo trabajaban en el exterior, recibían 1 peseta al día de salario. Los trabajos de hombres en interior eran los mejor pagados, 2,50 pesetas, los niños estaban más explotados, cobraban sensiblemente menos, desde 0,75 ptas en exterior hasta 1,25 ptas en los trabajos más peligrosos en interior.


Vista de la mina desde el exterior del nivel 3 y el barracón de ingenieros


En 1914, con el estallido de la I Guerra Mundial se generó una gran demanda, lo que hace que la mina sea muy rentable en ese período. Pero al terminar la guerra el consumo cae, y además las potencias sacaron al mercado las reservas de mineral acumuladas durante el conflicto, haciendo que los precios cayeran vertiginosamente. Muchas explotaciones mineras tuvieron que cerrar.

A los efectos del fin de la guerra se sumaron los conflictos sociales entre 1917 y 1921. La Sociedad Minero Metalúrgica de Peñarroya, que era la compradora del hierro de la Jayona, no escapó a esa agitación. Las huelgas paralizaron la fundición desde febrero hasta mayo de 1921, lo cual afectó a todo el sector dependiente de este gran centro industrial. Las propietarias de las minas, que en estos momentos son las sobrinas de la marquesa Luz y Artemisa Gaviria, puesto que su tía les había cedido los títulos de las concesiones años antes, no pueden hacer frente a las deudas. La Jayona tuvo que cerrar en febrero de 1921.




Al inicio de la Guerra Civil, en el año 1936, el teleférico fue desmontado y vendido por las tropas franquistas a su paso por Extremadura. El interior de la mina también fue asaltado y saqueado. El ferrocarril minero de Peñarroya a Fuente del Arco fue nacionalizado por el gobierno franquista en 1941, pasando posteriormente a ser gestionado por FEVE. En el año 1970 se suspendió el servicio y comenzó el desmantelamiento de las vías.

Los años transcurridos desde su clausura han contribuido a la creación de un espacio muy singular. Abandonadas las labores mineras, se ha formado un hábitat con condiciones ambientales de gran interés ecológico por la flora y la fauna que albergan, además de los elementos geológicos como minerales y planos de fallas que han quedado al descubierto.




Debido a las diferentes condiciones de humedad y temperatura existentes en el interior de la mina, se ha desarrollado una vegetación característica de zonas húmedas: higueras, helechos, musgos... en claro contraste con la vegetación del exterior, típicamente mediterránea, y con la canícula del mes de agosto extremadamente seca. Al entrar en la mina nos encontramos con un espacio de contrastes de luz, de colores, de temperatura, de vegetación. El efecto que produce es el de un lugar mágico.

La mina La Jayona fue declarada Monumento Natural en 1997 y pertenece a la Asociación de Cuevas Turísticas de España (A.C.T.E.)
































1 comentario:

  1. Muy interesante. La visitamos hace unos años también en verano. Hay unas cuevas también muy cerca en Fuentes de León aunque no sé si se pueden visitar actualmente.

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