No hay necesidad de apresurarse. No hay necesidad de brillar. No es necesario ser nadie más que una misma.V.Woolf
28 de agosto de 2023
Huelga de mujeres de 1918. Los conflictos del hambre (3)
Mercado de la Boquería custodiado por la Guardia Civil
Entrando en la segunda quincena del mes de enero del año 1918, el conflicto de las subsistencias se radicaliza. Ya hay mujeres detenidas, algunas heridas, y a esas alturas nadie considera inofensivas a las mujeres que protestan. Los tumultos se han extendido a otras ciudades españolas, como Valencia, Málaga y Salamanca donde las mujeres se han levantado en protesta por las malas condiciones de vida. En Málaga mueren dos mujeres en los enfrentamientos con la policía. Por otra parte, el gobierno ha cambiado, el rey ha destituido a Eduardo Dato y en su lugar ha nombrado al Marqués de Alhucemas para el cargo de jefe de gobierno. Es un hombre de poco carácter, incapaz de imponerse a las compañías ferroviarias que tienen paralizados gran cantidad de vagones cargados con productos de primera necesidad. Aunque decide legislar sobre las subsistencias, sus disposiciones no son obedecidas.
El 15 de enero Barcelona amanece con las tropas acuarteladas y la guardia civil patrullando las calles en servicio extraordinario de vigilancia. La tensión se siente en las calles. En las barriadas obreras, grupos de mujeres comentan lo ocurrido el día anterior en el Gobierno Civil. Multitud de fábricas y talleres deciden no abrir sus puertas, los comercios van bajando persianas al paso de piquetes de mujeres que consiguen la adhesión de las dependientas, el paro es masivo. Las huelguistas suben a los tranvías y hacen bajar a las viajeras para que se unan a las manifestaciones, a veces se toman la justicia por su mano, volcando carros de carbón y bacalao y entrando en algunos comercios. Una mayoría de tenderos mantiene sus establecimientos cerrados por miedo a ser robados, algunos se defienden a tiros ante los intentos de asalto. En los mercados la Guardia Civil vigila que se mantenga el orden y se respete el precio de tasa, principalmente en la Boquería, que es el que más utiliza la burguesía. El caos es total.
Los días siguientes siguen las protestas de las mujeres. Amalia Alegre pasa a un segundo plano, obligada por las acusaciones de traición que recibe. Su lugar en el liderazgo lo ocupan militantes anarquistas que defienden acciones más radicales. El número de trabajadoras que secundan la huelga va aumentando día a día. Paralelamente, la represión se va haciendo más dura.
Mitin de mujeres
"Desde primeras horas de la mañana comenzó la formación de grupos de mujeres, Tantos fueron los grupos y tantos sitios recorrieron, que era imposible seguirlas paso a paso. Basta consignar que fueron pocas las calles en que no aparecieran grupos de huelguistas". "Poco antes de mediodía, un numeroso grupo de mujeres asaltó un carro que, cargado de sacos de arroz, pasaba por la calle del Carmen, junto a la de Riera Alta. Mientras se procedía al reparto de la mercancía acudieron unos guardias de seguridad que simularon una carga". "En varias tiendas de combustibles fue preciso expender los géneros a precios reducidísimos, pues de lo contrario, las mujeres amenazaban con el saqueo". (El Diluvio, 17 de enero de 1918).
El jueves 17 de enero se celebra un mitin multitudinario. "A las tres comenzaron a llegar grupos de mujeres a el local de El Globo Cautivo. A las tres y cuarto el local estaba completamente atestado; pero continuaban llegando nutridos grupos de mujeres, que se apretujaban para ganar el acceso al local. La afluencia de huelguistas era tan grande, que aunque el local hubiese sido cinco veces mayor se hubiera llenado. Únicamente se permitía la entrada a las mujeres. Para poder entrar los periodistas, tenían que acreditarse" (El Diluvio, 18 de enero de 1918).
"Ocupó la presidencia Doña Josefa Benet, dueña de un taller de telares". "Durante el acto era tal el barullo que las oradoras apenas se oían. Todas protestaron del encarecimiento de las subsistencias y recomendaron a las concurrentes que no asalten tiendas ni pidan nada. Se leyeron las siguientes conclusiones:
Ante la incapacidad de las autoridades y de la Junta de Subsistencias, pedimos:
1º Que los artículos de primera necesidad se den al mismo precio que se vendían antes de la guerra para resolver el problema económico, que tan directamente afecta a la clase proletaria.
2º Ante los injustificados aumentos en los alquileres de los obreros que re rebajen en un 20 por cien.
3º Que ante el desbarajuste de los transportes una de las principales causas de la subida de las subsistencias; que el gobierno obligue a las Compañías ferroviarias a la reposición de los 6.000 obreros despedidos" (La Vanguardia, 18 de enero de 1918).
"El Señor Gobernador manifestó anoche a los periodistas que, respecto a las conclusiones del mitin de mujeres, había comentado a la comisión que fue a entregárselas lo siguiente: Que no era fácil que los artículos alimenticios disminuyeran de precio hasta ser igual al de antes de la guerra, si bien por las autoridades se adoptarían todos los medios para que se rebaje algo el precio actual.
En cuanto a la regularización de los transportes mediante la readmisión de los ferroviarios dijo que lo comunicaría al gobierno, y que lo que éste le contestase se lo diría a la comisión mañana por la mañana. Respecto a la rebaja de un 20 por ciento en el precio de los alquileres prometió conferenciar hoy con el presidente de la Cámara de la Propiedad para proponérselo y ver si se puede conseguir una fórmula que satisfaga los deseos de las peticionarias.
Cuando esta comisión volvió al lugar del mitin se encontró con que las que allí habían quedado habían improvisado otro para atacar a las que se fueron, no conformándose con las conclusiones antes convenidas" (Diario de Barcelona, 18 de enero de 1918).
La tensión crece
El viernes 18 de enero la situación varía poco. "Acostumbrados los barceloneses a las decepciones, quieren ver algo práctico y positivo, y hasta que esto se consiga están dispuestos a no ceder en su actitud de protesta (El Diluvio, 18 enero 1918). A primera hora los establecimientos abrieron sus puertas, sólo permanecieron a medio cerrar las tiendas de ultramarinos y algunas joyerías. Más tarde fueron cerrando, temerosos de que los grupos de mujeres que recorrían las calles las asaltasen.
En el mercado de Sant Antoni, aún estando estrechamente vigilado por la policía, entró un grupo de unas 60 mujeres, hecho que originó carreras y sustos entre los vendedores. A pesar de que los guardias restablecieron el orden con rapidez, el mercado cerró sus puertas a las 12 de la mañana por orden del director.
El número de fábricas paradas alcanzó, según datos oficiales, la cifra de 263. La cantidad de mujeres en huelga era de 20.372, y la de hombres 1783. Además, a mediodía pararon muchos talleres que no aparecen reflejados en las cifras oficiales. La extensión del paro fue bastante mayor que el día anterior.
La represión siguió aumentando, el gobernador civil no dio autorización para la celebración de un mitin en la Casa del Pueblo, las mujeres que iban llegando al lugar fueron disueltas por una carga policial, lo que originó mucha tensión e indignación. Posteriormente intentaron celebrar mítines en las calles, que la policía disolvió también de forma violenta. Durante la tarde las mujeres fueron perseguidas constantemente, dando la guardia civil frecuentes cargas. Tanto la Plaza Catalunya como algunas calles adyacentes estaban tomadas militarmente.
Fuerzas de la Guardia Civil en la Plaza Catalunya
El bando
El sábado 19 de enero se publica un bando del gobierno civil prohibiendo la salida de la provincia de alimentos de primera necesidad, fijando los precios de las subsistencias más utilizadas y varias disposiciones más para impedir que los artículos permanezcan almacenados y evitar la especulación con ellos.
"Art. 5º Los comerciantes al por mayor no podrán retener en sus almacenes, ni por mas de cinco días en las estaciones de ferrocarril, géneros de los especificados en este bando, mientras haya comerciantes del mismo genero al detalle que los soliciten y los paguen a los precios consignados en el art. 2°"
"Art. 7° Los jefes de las estaciones de ferrocarril procederán con toda urgencia a hacer descargar todos los vagones que contengan géneros de los comprendidos en este bando que cuenten mas de cinco días de permanencia continuada en sus vías, siempre que su llegada haya sido notificada a sus destinatarios y no hayan acudido a retirarlos.
De igual modo se procederá con los vagones conductores de mercancías de la misma naturaleza, cuyos dueños o destinatarios sean desconocidos.
Los géneros así descargados podrán ser adquiridos por el Ayuntamiento o por los comerciantes del mismo ramo, previo el depósito de su precio de tasa en poder del jefe de la estación, para entregar, mediante recibo, a quienes después justifiquen ser sus dueños o destinatarios.
Los géneros así adquiridos habrán de destinarse necesariamente al consumo de la población".
Una comisión de mujeres, entre las que se encuentran Josefa Benet, Amalia Alegre y otras manifestantes moderadas, se reúne con el gobernador para examinar las medidas que se han tomado. No hay unanimidad en el criterio de apreciación entre las comisionadas, aún así, se ofrecen para ponerse en contacto con las huelguistas para recomendarles que den por terminada las protestas y se reincorporen al trabajo.
Sin embargo, el bando del gobernador no contenta a nadie. Las mujeres siguen considerando excesivos los precios fijados y los vendedores creen que son demasiado bajos. Una comisión de manifestantes que rechazan los acuerdos de la Junta se reúne con el gobernador sin llegar a acuerdos, y otra de dueños de tiendas de ultramarinos le trasladan sus quejas amenazando con cerrar sus negocios. El gobernador les dice a unas y otros lo mismo de siempre, que estudiará el asunto para ver que se puede hacer, pero a esas alturas ya es evidente que la situación le sobrepasa.
El movimiento se radicaliza
La mañana del domingo 20 se celebra un mitin en el cine Montaña que consigue reunir a 400 mujeres. Entre las oradoras brilla con luz propia Libertad Ródenas, militante anarquista que "habló con gran competencia de la diferente educación que reciben los pobres y los ricos y la diferencia de medios con que cado uno ha de vivir, deduciendo de ello el mérito que supone en las clases humildes criar y educar a sus hijos" (El Diluvio, 21 de enero 1918). Se acuerda en esta asamblea desautorizar a la Comisión que el sábado anterior se entrevistó con el gobernador, rechazar las tasas fijadas por la Junta por insuficientes y llamar a mantener el paro y las manifestaciones.
Por la tarde, en el Ateneo Racionalista de Sants se celebra otro mitin al que asisten mujeres del sector moderado, intentan llamar a la calma, el orden y la vuelta al trabajo, pero nadie las escucha. Este sector, entre quienes estaban Josefa Bernet y Amalia Alegre, queda totalmente desbordado y, en vista de la actitud adoptada por las que persisten en la protesta, acordaron retirarse a sus domicilios y no tomar parte en ningún acto.
Cola delante de una carbonería de la calle Balmes. Josep Brangulí
El lunes 21 y martes 22 la situación empeora. El bando no ha conseguido solucionar nada, más bien ha servido para agriar el conflicto. Las medidas tomadas son deficientes, llenas de defectos, bastantes puntos quedan sin aclarar y otros, contribuyen a que haya más confusión. "Por ejemplo, se trata en el mismo el bacalao, y no se dice si el precio es para el bacalao seco o remojado, Esta deficiencia y otras que podríamos enumerar originaron ayer las consiguientes protestas. En segundo lugar, se ha partido de una base completamente errónea. No es a los detallistas a los primeros que hay que imponer una tasa, sino a las primeras manos productoras, acaparadores, intermediarlos y, finalmente, al detallista. ¿A quién se le ocurre tasar el precio del pan sin haberlo hecho antes al trigo y a la harina? El bando fue publicado para acallar la protesta popular; pero, por más que se empeñe el gobernador, el cumplimiento de lo dispuesto será más difícil de lo que se imagina y acarreará no pocas disputas y protestas, porgue nadie, absolutamente nadie, ha quedado satisfecho" (El Diluvio, 22 enero 1918).
Así pues, el paro en las fábricas se continua extendiendo, en los mercados y tiendas los tenderos imponen los precios que quieren o cierran sus tiendas para no tener que vender al precio establecido, los dueños de las carbonerías siguen sin tener existencias de dicho combustible, algunas tiendas sufren asaltos y saqueos, por toda la ciudad ocurren incidentes y protestas contra los vendedores, teniendo que intervenir los guardias de seguridad en múltiples ocasiones. Las tropas siguen acuarteladas.
Colas a las puertas de Aceites Salat. Mundo Gráfico
Cambio de gobernador
El miércoles 23 de enero la situación es insostenible, las mujeres, cada vez mejor organizadas, mantienen el paro y recorren los comercios buscando, y descubriendo, engaños. En los despachos se acumulan las denuncias contra comerciantes que se niegan a vender al precio que fija el bando, y en las calles las cargas policiales contra las mujeres se multiplican. El gobierno central decide tomar manos en el asunto, y destituye al gobernador civil Sr. Ramón Auñón, marqués de Pilares, que esa misma tarde vuelve a Madrid. En su lugar, queda como gobernador interino el Sr. Fernando de Prat, presidente de la Audiencia.
"Al mediodía, al recibir el marqués de Pilares a los periodistas, les dio cuenta de lo sucedido en estos términos: Tengo que darles una noticia: que después de haber conferenciado telefónicamente con los ministros de la Gobernación y de Hacienda, dejo de ser gobernador de Barcelona, y esta misma noche
marcharé á Madrid, para volver a ocupar el cargo de presidente del Comité Español de1 Seguro de Guerra, que desempeñaba antes de venir aquí.
- ¿Pero ha dimitido usted espontáneamente o por indicaciones del gobierno? -se atrevieron
á insinuar los periodistas.
- No sé -replicó el marqués de Pilares- si he dimitido. Sólo sé que en Barcelona todo el mundo pide fuerza, y no las hay; que se establece la tasa, y las tarifas no satisfacen a nadie; que consulto si, en el caso do que el conflicto se agravara, podría declararse el estado de guerra, y el gobierno dice que en
período electoral no hay posibilidad de ello. Todo esto, y que cuando por teléfono pregunté esta mañana al ministro de la Gobernación que á quién entregaba el mando de la provincia me contestó que al presidente de la Audiencia. Es todo lo que sé" ( La Vanguardia, 24 enero 2018).
El jueves 24 de enero las calles de Barcelona dan la bienvenida al gobernador interino con 25.000 mujeres en huelga y 300 fábricas cerradas, grandes colas de compradoras frente a carbonerías, almacenes de pesca salada y tiendas de comestibles. No se llevan nada a la fuerza, se limitan a pagar lo que consideran justo o son disueltas por las fuerzas de seguridad. El sr. de Prat, que es consciente de su interinidad, le da largas a todo el mundo y remite a la llegada del nuevo gobernador, el recién nombrado Carlos González Rothwoss.
Declaración del estado de guerra
El viernes 25 de enero el Consejo de Ministros declara el estado de guerra en toda la provincia de Barcelona, suspendiendo garantías constitucionales y estableciendo la censura previa. "A primeras horas de la madrugada anterior, sin que nadie lo sospechara. se reunieron en la Capitanía general, la Junta de autoridades, el capitán general, don José Barraquer; el gobernador civil interino, señor Prat y el presidente accidental de la Audiencia, señor Faigón. Los reunidos, por unanimidad, decidieron que la autoridad civil declinara el mando en la militar. Acto seguido el capitán general hízose cargo del mando de la provincia.
Por la mañana. cuando los barceloneses salieron a la calle, se vieron sorprendidos con e1 bando del capitán general declarando el estado de guerra en toda la provincia. El mencionado bando, que fué fijado a las seis de la mañana. con las formalidades de orden. dice como sigue:" (El Diluvio, 26 enero 1.918)
Artículo 1º Queda declarado el estado de guerra en la provincia de Barcelona.
Artículo 2º Serán disueltos los grupos de personas que embaracen la vía pública, empleándose la fuerza contra ellos sin que para el empleo de tal medio sea obstáculo la presencia de mujeres o niños.
Artículo 3º Quedarán sometidos a la jurisdicción de Guerra y serán juzgados en juicio sumarísimo, si a ello hubiera lugar, o en otro caso al juicio correspondiente, con arreglo al juicio militar: los delitos de rebelión y sedición, robo en cuadrilla, secuestro de personas, interceptación de las vías de comunicación, ataque a mano armada a los trenes o tranvías y toda clase de atentados por medios de explosivos.
Los de desperfectos en edificios y establecimientos industriales, los de desacato a la autoridad, los que promuevan o tomen parte en reuniones o manifestaciones no autorizadas, los que ejercieran coacciones relacionadas con las huelgas, los que de palabra o por escrito excitan a cometer alguno de los delitos comprendidos en este bando.
Artículo 4º. Los insultos a todo militar serán sometidos a la jurisdicción de Guerra.
Soldados colgando el bando donde se anuncia el estado de guerra
En cuanto se publica el bando, las tropas salen de los cuarteles y ocupan los puntos estratégicos de la ciudad y de las afueras, emplazando cañones y ametralladoras donde consideran conveniente. Patrullas de soldados recorren las diversas calles de la población protegiendo los mercados y las cocheras de tranvías, disolviendo cualquier tipo de intento de concentración.
Por la tarde, se publica otro bando donde se comunica la decisión del Consejo de Ministros de suspender temporalmente las garantías expresadas en varios artículos de la Constitución. Una de las consecuencias es que se ejercerá la censura previa para la prensa periodística. Si bien es cierto que algunos periódicos, los de tendencia conservadora, no notan esa censura, el resto tiene que someterse a ella, haciendo cambios en su línea editorial. Otros, como la publicación anarquista Solidaridad Obrera, es silenciada y obligada a cerrar durante 80 días.
Comunicación de El Diluvio en las páginas de su publicación
El sábado 26 de enero llega a Barcelona el nuevo gobernador. Es un viejo conocido de la ciudadanía barcelonesa, conservador afín a Antonio Maura, que ya había ejercido de gobernador de Barcelona entre los años 1903 y 1905. En este primer mandato actuó con mano de hierro para gestionar la huelga de constructores de calzado y tuvo una actuación muy hostil con los sindicatos. No dejó muy buen recuerdo en el mundo obrero barcelonés, y ahora se le recibe con mucho recelo. Con él llega, como capitán general, Joaquín Milans del Bosch, que tiene relaciones muy particulares y amistosas con las fuerzas paramilitares financiadas por la patronal.
A partir del lunes 28 de enero las huelguistas van volviendo al trabajo paulatinamente. El martes y miércoles aún hay 10.000 mujeres en huelga. Patrullas del ejército supervisan que los establecimientos abran sus puertas y que se respete el precio tasado que se ha publicado en una nueva lista, mucho más realista. Los precios se han visto reducidos en un 30% en los productos de consumo y los alquileres en un 20%. Además, se readmitieron unos 6.000 trabajadores del transporte público que habían sido despedidos
Bajo la presión de las armas, termina la revuelta. Pero no ha sido un fracaso completo, se ha conseguido una parte de lo que se pretendía.
Muchas de las mujeres protagonistas de estas protestas formaron parte en los años 30 de Mujeres Libres, el primer movimiento feminista radical de España. En octubre de 2018 un grupo de mujeres decidió crear la Asociación Nacional de Mujeres Españolas (ANME), que se convertiría en la organización sufragista más importante de España.
Fuentes: artículos de El Diluvio, Diario de Barcelona y La Vanguardia, enero de 1918
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